Reino Unido presume de tener una producción literatura que pocos países poseen. Los mitos y leyendas de su cultura son una fuente inmensa de historias y aventuras que aparecen en muchos de sus libros. Varios de ellos se basan en hechos históricos fundamentados con datos, sin embargo otros pueden ser habladurías que han pasado por boca de miles y miles de personas hasta distorsionarse. Su incredulidad no dejará de existir, ¿serán verdad o mentira?
El monstruo del lago Ness
Probablemente esta será la leyenda de la que más se ha hablado, ¿quien no la conoce? Un fantástico y misterioso animal acuático, parecido a un dinosaurio, vive y se oculta en el profundo y amplio lago de agua dulce de las Tierras Altas de Escocia. Su nombre es Nessie y muchos de los habitantes locales afirman que lo han visto alguna vez. Sin embargo, algunos escépticos dudan de su existencia y rumorean que los argumentos a favor son únicamente para favorecer el turismo. Quién sabe…
El rey Arturo
¿Existió realmente este personaje a lo largo de la historia? El rey Arturo ha sido considerado como héroe del pueblo y ha sido protagonista de numerosos libros, teatros y películas. Para tratar de comprender su existencia hay que remontarse a una Inglaterra posromana. Por aquel entonces, Inglaterra como tal no existía y era conocida como el reino de los Britanos. Después de la retirada de los romanos, se convirtieron en un blanco fácil para la invasión germana y el rey Arturo fue quien defendió a los Britanos de los enemigos después de haber sido el único en conseguir liberar una espada clavada en un trozo de mármol. Cuenta la leyenda, que la persona que consiguiera sacarla sería rey de Inglaterra y unificaría los reinos de la Isla de Gran Bretaña. Y así fue, ¿o no?
Robin Hood
Robar a los ricos para dárselo a los pobres: ese era el objetivo de Robin Hood, un noble fugitivo que vivía escondido en los bosques de Sherwood, en Nottinghamshire. Por aquel entonces, diariamente se producían muchas injusticias sociales y los campesinos tenían que pagar impuestos muy altos a la realeza. Robin, que no estaba de acuerdo, retaba con su arco al sheriff para que devolviese el dinero robado con las altas tasas a todo el poblado. Era el mejor arquero de Inglaterra y gracias a él ejercía el bien.